Pompeya es un ejemplo increíble tanto de la civilización romana como del poder de la naturaleza. Está abierta a los turistas durante todo el año, con horarios que varían según la estación. Es aconsejable reservar las entradas por Internet o llegar a la entrada a primera hora de la mañana para evitar colas. Tenga en cuenta que una visita rápida a Pompeya dura unas dos horas, pero una completa puede llevarle un día entero.
Los interesados en profundizar en el contexto histórico de lo que están a punto de ver pueden optar por una visita guiada, que puede proporcionar una visión en profundidad del pasado de Pompeya. Estas visitas suelen durar 2 horas.
Para las personas con problemas de movilidad, Pompeya ha creado un sendero "Pompeya para todos", que parte de la plaza Anfiteatro y recorre los lugares más importantes del yacimiento.
La conservación de los tesoros históricos de Pompeya ha sido uno de los principales objetivos para garantizar la pervivencia de su legado. La antigua ciudad se ha enfrentado a problemas como la intemperie, la erosión y el intenso tráfico turístico, lo que ha obligado a realizar grandes esfuerzos de restauración. El Proyecto Gran Pompeya, financiado por la Unión Europea, ha sido fundamental para estabilizar estructuras, restaurar frescos y mejorar la gestión del yacimiento.
El Antiquarium, un museo que exhibe artefactos y añade contexto a las ruinas, es un elemento central de estos esfuerzos. El Antiquarium no sólo protege estos valiosos objetos de un mayor deterioro, sino que también educa a los visitantes sobre la rica historia y la vida cotidiana de Pompeya. Mediante una combinación de conservación in situ e iniciativas educativas, estos esfuerzos pretenden salvaguardar las maravillas de Pompeya para las generaciones futuras.
La Casa de Menandro en Pompeya es una de las residencias más opulentas y mejor conservadas de la ciudad. Llamada así por un impresionante fresco del dramaturgo griego Menandro, esta gran villa muestra la riqueza y sofisticación de sus propietarios.
La casa cuenta con un espacioso atrio, impresionantes mosaicos y vibrantes frescos que adornan las paredes. Destacan el jardín peristilo bellamente decorado y los baños privados, testimonio del lujoso estilo de vida de la élite pompeyana. Las excavaciones también han revelado un tesoro de platería y otros objetos valiosos, que ofrecen una visión fascinante de la vida cotidiana y los gustos de la antigua aristocracia romana.
La Villa de los Misterios, situada en las afueras de Pompeya, es famosa por sus extraordinarios frescos que representan enigmáticos ritos de iniciación del culto dionisíaco. Esta lujosa villa, conservada bajo cenizas volcánicas, ofrece una visión única de la vida privada de la élite pompeyana.
Los vívidos frescos del triclinium, o comedor, son especialmente cautivadores, ya que muestran intrincadas escenas llenas de colores vibrantes y figuras dinámicas. Los visitantes también pueden explorar las bien conservadas habitaciones, jardines y elegante arquitectura de la villa. La Villa de los Misterios es un fascinante testimonio de la sofisticación artística y cultural de la antigua Pompeya.
Pompeya prohíbe a los visitantes introducir bolsas o maletas grandes, y los equipos fotográficos profesionales y los drones requieren un permiso específico.
Los visitantes pueden introducir comida en el yacimiento arqueológico. Sin embargo, debe consumirse sólo en las zonas designadas. Conviene llevar siempre agua o una botella rellenable, sobre todo en los días calurosos. Hay fuentes de agua gratuitas dentro del parque, así como cafeterías y restaurantes que venden agua embotellada.
Debe llevar ropa cómoda adecuada para caminar y para el tiempo que haga. Aunque no hay un código de vestimenta formal, se recomienda vestir modestamente por respeto al lugar histórico.
La mayoría de los tipos de calzado están permitidos en Pompeya, pero se recomienda llevar calzado cómodo para moverse con facilidad por el terreno irregular.
Para entrar en Pompeya se necesita una entrada válida. Es posible que se exija un documento de identidad para acceder a las entradas reducidas o gratuitas, como en el caso de los estudiantes o las personas mayores.